Cumplir un sueño: aprender a manejar después de los 50 años
Enero 22, 2025
Dos meses atrás, 12 mujeres del área de influencia del parque eólico San Matías concretaron un curso de capacitación denominado “Conducción Clase B” que fue organizado por la Fundación AES Chile y tuvo como objetivo ampliar las posibilidades laborales para ellas. Fueron 40 horas de capacitación realizadas en la localidad de Santa Fe, donde aprendieron los contenidos necesarios para manejar en forma segura y obtener su licencia de conducir. Hoy, la mitad de las alumnas ya aprobó los exámenes psicotécnicos y práctico y las restantes están en proceso de rendirlo.
Una las mujeres que ya tiene su licencia es Hilda Aravena, quien a sus 53 años se motivó a participar en este curso a raíz de un emprendimiento familiar.
Hilda nunca había tramitado una licencia de conducir, principalmente por “por dejación”, porque siempre la llevaba alguien más o se movilizaba en locomoción colectiva. Aquí nos cuenta su experiencia.
¿Qué la motivó para aprender a manejar?
Mi hija y el trabajo. Nosotros tenemos un emprendimiento. Prestamos servicio técnico a la comunidad, donde arreglamos equipos de dos y cuatro tiempos -generadores, motobombas, tractores, motosierras -y se venden repuestos. Vimos la necesidad de este sector rural, porque antes la gente tenía que ir a Los Ángeles. Éramos solo mi marido y yo. Él es el mecánico, el impulsor de todo esto, y si tenía que ir a dejar un repuesto tenía que hacer él mismo todos esos trámites. Sacarlo de acá significaba que perdíamos todo un día de trabajo y no había nadie más que manejara. Tenía que contratar gente, pero como somos un emprendimiento familiar no podíamos incurrir en más gastos. Entonces fue una necesidad.
¿Y cuál fue su experiencia en el curso?
Fantástico, desde el día uno. El profesionalismo, el curso muy completo, los profesores muy dedicados y dinámicos para enseñarnos y para incentivarnos a que no nos desmoronáramos en el camino. Nos decían “ustedes pueden”. Y de verdad que sí se puede. Hay que estudiar, es mucho lo que se enseña en clases, lo práctico y lo teórico, pero depende de uno.
¿Qué fue lo más difícil de aprender en el curso?
No lo encontré tan difícil. Tenía tantas ganas de sacarlo que me mentalizaba todos los días en eso. Para mí no fue tan complicado.
¿Siente que el curso la dejó preparada para dar el examen?
Sí. Yo iba nerviosa, porque no sabía a lo que me enfrentaba, pero sí iba preparada, ejercité harto, con todos los tips que nos dieron en el curso. Entonces al momento de estar en la prueba, me relajé, porque lo encontré fácil, ya sabía todo. En el examen psicotécnico me puse nerviosa porque tengo problemas a la vista, pero finalmente estuvo todo bien. Luego solo sentí ansiedad, de que me dieran luego la licencia.
Y ahora que tiene su licencia, ¿en qué cambia su vida?
Yo ahora estoy feliz. Ya empecé a hacer mis diligencias sola, a ir a Los Ángeles para hacer los trámites. Casi que andaba buscando que me controlaran para mostrar mi licencia (ríe). Es pura emoción. Ahora con mi marido nos podemos turnar, coordinar, eso nos faltaba.
¿Qué puertas le abre contar con una licencia de conducir?
Muchas. La independencia total, solo dependo de mí, de mis tiempos. Ahora tenemos que potenciar el emprendimiento, mejorar los tiempos de entrega. Se nos hizo chico el espacio, así que queremos implementar una sala de ventas para separarla del taller.
¿Qué le ha parecido el acompañamiento de AES Chile en el proceso?
Fantástico el apoyo que han prestado a la comunidad. Han estado presentes en todo momento, desde que empezamos hasta el final, y eso se agradece. Me cumplieron un sueño.